Gracias a los retrasos aéreos de Barajas (que ya se están convirtiendo en rutinarios) lo que parecía que iba a ser una lectura de media duración, se convirtió en una experiencia de apenas unas horas, aunque claro, para eso siempre se necesita la complicidad de un buen libro.

Editado por Alienta Editorial, La corporación es una novela de contenido empresarial, que presume en portada y contraportada de ser muy divertida, incluso hay una cita destacada del diario The Economist que afirma que todos acabaremos “muertos de risa”. Lo cierto es que en algunos aspectos de la misma te aparece una ligera sonrisa, pero en líneas generales es un texto con un contenido para tomarse muy en serio.

Nuestro protagonista, es un joven ejecutivo que responde al nombre de Jones y que ingresa en una empresa que ofrece servicios de formación a otras organizaciones. Su misión será ocupar el puesto de Auxiliar de Ventas de un Agente Comercial, pero debido a una serie de iniciales circunstancias, pasará a ocupar ambos puestos de manera compartida. Bueno, en realidad, eso es lo que parece ser, porque a lo largo de los diferentes capítulos asistimos a una serie de circunstancias que confirman que esto no es realmente así.

En un mundo real es imposible que existan organizaciones como Zephyr, ahora bien, es evidente que lo que pretende su autor, Max Barry, es exagerar una serie de circunstancias con el objetivo global de plantear un conjunto de reflexiones y análisis al lector. Algunas partes relativas a la consolidación de departamentos, despidos generales, etc. son un fiel reflejo de muchas de las situaciones que nos están tocando vivir y Jones demuestra tener unos interesantes debates morales a lo largo de los diferentes capítulos.

Quiero destacar, en línea con lo que comentábamos la semana pasada con el libro de Javier Reyero, la crítica que hace Barry del correo electrónico. ¿Cómo? Dejando sin red a toda una organización durante un tiempo y argumentando que ésta se vuelve mucho más productiva y “humana” sin la participación de la tecnología. Tal vez se presente como una situación extrema, pero es cierto que te invita a reflexionar sobre la necesidad de compartir relaciones Off line (al estilo tradicional) con tecnología y mundos On line.

En las páginas iniciales de La Corporación, Max Barry dedica el libro a Hewlett-Packard. Quiero pensar que en esta organización no actúan de ese modo, aunque lo cierto es que resulta fácil hacer la asociación propuesta por el autor. Desde aquí no queremos entrar en ese análisis y os invitamos a que disfrutéis y penséis con La Corporación (pablo jiménez – otromarketing.es)

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