Últimamente he leído algunos artículos sobre el Workend (work + weekend). Este es el término con que los británicos han bautizado el fin de semana que muchas personas sufren, en lugar de disfrutar. Al parecer, la mayoría de los adultos de aquel país ven el sábado y el domingo como una terrible extensión de la semana, ya que otro tipo de trabajo espera en el hogar: tareas domésticas, hacer la compra, cuidar los niños o incluso pensar en el trabajo…

Diferentes causas originan esta situación: alargamiento de las jornadas laborales, incremento del tiempo invertido en el transporte de casa a la oficina o la incorporación de la mujer al trabajo, entre otras. En el día a día, al regresar a casa apenas queda tiempo para nada y es momento de ver la televisión y cenar algo rápido. Aunque, en muchas ocasiones, también se prefiere pasar más tiempo de relax durante la semana y relegar todas las tareas para el fin de semana. Otros motivos son que la gente sigue conectada a su Blackberry o PDA para ver los correos electrónicos o acceden a Internet al llegar la noche. 

El Workend, que es mucho más acusado en jóvenes con edades inferiores a los 30 años, ha empezado a tener repercusiones en la salud de los británicos. El estrés se acumula no sólo entre semana, también el sábado con las tareas del hogar y cuando llega el domingo, uno se da cuenta de que se acerca el lunes y entonces aparece la «mini depresión». El resultado es claro, a la mayoría de los habitantes de aquel país, les gustaría tener más tiempo para el relax durante los fines de semana.

¿Y qué ocurre en España? ¿Tenemos también este problema de gestión del tiempo? Según algunos expertos, en nuestra casa esto no ocurre porque desconectamos más. Entre las prioridades de los españoles está dormir, ir de compras o cenar con los amigos y nos importa poco que algo se quede por hacer en casa.

Puede ser que nuestra situación no se presente tan «radical» como la británica pero no lo tengo tan claro. A mí me parece que cada vez nos acercamos más al panorama de las islas. Es posible que no nos agobiemos tanto por la realización de las tareas domésticas, pero lo que está claro es que debemos aplicar un esfuerzo extra los fines de semana porque entre semana no es posible o simplemente no nos apetece. Y esto pasa aquí y allí, con especial incidencia en las ciudades grandes.

Como siempre comento y hemos repetido en más de una ocasión en otromarketing, el marketing empieza por uno mismo. Tan importante es un esfuerzo académico y profesional continuado para estar al día y ser competitivo en el mundo de la empresa, como lo es desconectar el tiempo que sea preciso durante el fin de semana y las vacaciones, para dedicar momentos de ocio a eso precisamente, el ocio: evasión, familia, viajes, amigos, deporte y relajación. Todas estas actividades nos ayudarán a afrontar con mucho mejor humor y otra perspectiva, una nueva semana intentando que el lunes no se convierta en «maldito» sino más bien en «bienvenido» (pablo jiménez – otromarketing) 

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